Ontología entendida como el estudio
del ser, de la realidad total, sus principios y origen.
Podemos optar, o bien por la existencia
de la totalidad, sin principio ni fin, o bien por la creación en un
momento puntual como acto de la voluntad.
No hay otra manera de existencia de la
totalidad.
Si asumimos la existencia continua nos
encontramos con una entidad formada por reglas de actuación, pero
sin ningún sentido en si, ni por si. No lo necesita para seguir.
No tiene ningún motivo pues ésto es
un elemento anterior a la totalidad.
Si pensamos en un momento en el que
surge la existencia producto de un hecho voluntarioso, nos
encontramos con una entidad plena de sentido por necesidad, pero no
con unas normas lógicas necesarias de actuación.
La imperfección en la existencia del
sujeto eterno no es posible.
La maldad en un mundo creado, sí.
La primera tendría potestad si no
existiéramos los seres humanos.
La segunda tiene su razón de existir
en el ser humano, en nuestra antropología.
En el mundo físico no existe la
variación sin sentido.
Todo lleva una velocidad y componente
con magnitudes numéricas que te llevan directamente al futuro. Los
principios de indeterminidad físicos con casos de imposibilidad de
calculo.
Pero, nunca, pero nunca jamás, hay
ningún grupo de circunstancias que en un ser humano tengan una
consecuencia necesaria.
Esto es libertad de actuación.
Y he aquí el mal, entendido como una
disfunción.
¿Es quizás y entonces, el ser humano
es el demostrativo del principio voluntarioso de la totalidad al
existir creado un elemento corrosivo en él, el mal, que en la
eternidad, que en la eternidad de la corrosión produce una
imposibilidad?
O ¿es quizás el ser humano un
elemento más en la eternidad condenado a vagar por ella entre
infinitos nacimientos y muertes?
Es un tema lejano con el que se pueden
trabajar con resultados trágicos-idílicos.
El hecho voluntarioso señala
directamente a Dios.
Un intento racional de llegar e Él,
sería hablar de la creación como un acto primero, desde la nada,
necesario para la imperfección existente.
Dios se escapa de la razón.
Se escabulle ante la lógica.
A Dios se llega con Fe.
Pero es el justificante, el ser humano,
lo que te lleva a su negación por las barbaridades, tanto del que
las produce como del que las sufre, que se hacen.
Cuestiones sobre la existencia de la
totalidad es vitalmente nada, cero, una inutilidad, ahora bien ésta
misma temática buscando respuestas racionales es divertido,
constructivo, interesante y formador.
Es hacer Filosofía.
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