sábado, 21 de febrero de 2015

LA DEBILIDAD DE LA LEY

El número de leyes, no son sinónimo del orden social.
La imposición total de las leyes en cuanto a su cumplimiento no es nunca garantía de su seguimiento.
El estado carcelero es un fracaso pues no hay prisión de la que nadie pueda escapar.
El uso de reglas exteriores al sujeto no son la forma más eficiente de manera de tener una estabilidad social y no son, con toda seguridad, un camino hacia su forma máxima.
El civismo, como ley formal de desarrollo proporciona una actitud suficiente para el funcionamiento correcto del conjunto.
Los modos y las costumbres enseñadas durante la educación y crecimiento del sujeto, quedan interiorizadas y funcionan como una normalidad en la que el sujeto en cuestión, actúa según unas normas básicas de convivencia.
Es la sociabilidad cultural.
Las normas de circulación son el exponente de estas ideas.
Las personas no cumplimos los máximos de velocidad ante la conciencia del mal propio y a terceros que se puede realizar, sino ante el supuesto y posible castigo en forma de multa.
Daríase la oportunidad que los jóvenes salieran de la escuela con la conciencia y la a sumisión de la importancia y utilidad del cumplimiento de las normas.
No llevar el cumplimiento de la ley por el subsiguiente castigo en el caso de su omisión, sino por el convencimiento en la necesidad de la realización y preservación de dicha norma.
Sin educación no hay sistema que pueda garantizar el orden total y el cumplimiento de unas normas básicas de convivencia
Cierto es que el problema se duplica cuando esta manera de funcionamiento comienza, con normalidad, en aquel lugar donde vive el joven, lo cual introduce el problema desde donde empezar.
No hay normativa suficiente como para garantizar el correcto funcionamiento.
La única garantía de la validez de la unión grupal, es la educación.
Ni siquiera ésta tiene que tener más validez que interiorizan de los movimientos propios y correctos del funcionamiento optimo y su puesta en marcha.
Ríome más, cuando veo las acciones que realizamos a la vista de los demás que cuando estamos a solas.
Haciendo una generalización siempre injusta, diré que estando a solas, no cumplimos, en ocasiones, con una acción básica, pongamos de limpieza en la calle y cuando nos miran lo hacemos por vergüenza o demostración social.
Hay diferentes campos de acción a nivel social, agrupables y con capacidad de ser enseñados como tal: circulación, higiene, utilización y validez de elementos y estructuras públicas y otros.
Como conclusión entiendo que el único modo de construir estructuras estatales y sociales para su mantenimiento es a través de la educación.
Las normas se degeneran ante el aumento, con el tiempo, de su facilidad para no cumplirlas.


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