sábado, 20 de septiembre de 2014

LA DIFERENCIA EN LA BARBARIE Y LA NUEVA CLASIFICACIÓN




Las personas somos el producto de la más absoluta variabilidad.
Me rio de aquel que trata de definirnos en base comportamental única.
Me considero demasiado lejos de algunos, para que me introduzcan dentro del mismo género de la misma especie, al menos, en el mismo grupo final formativo.
No encuentro manera alguna de clasificar en ninguna similitud a los autores del logicismo Alemán, con los creadores del nazismo, aun perteneciendo a una cultura contigua y contemporánea.
Son cabezas y pensamientos cuya capacidad de comunicación, entre ellos, es absolutamente nula.
No hay comunicación entre las víboras y los mamíferos.
A lo largo del mismo día y como producto de las lectura tuve en mi la evolución propia de la historia de la filosofía.
Cierto es que la corriente del logicismo tuvieron, muchos de ellos una vida propia difícil quizás por la lejanía del su pensamiento de la realidad, pero fueron, en este caso hombres, con unos pensamientos puros, que elevaron la mente propia del ser humano a unos trances magníficos y envidiables.
Pero en el mismo día y por la tarde, dejo de leer los libros de Lógica y me introduzco en una revista que hacia una revisión a las víboras que en aquel momento pertenecían, que no lo eran, al pueblo alemán y realizaron las ultimas barbaries en los también últimos días del nazismo. Llego a ver la mirada de los niños de 10 años que son lanzados en los últimos días y en la agonía, por la locura, con unos cascos de combate que se les caían entre los hombros, a luchar defendiendo las ruinas de Berlín, y no puedo que menos evitar, tropezarme con un clímax de la barbarie humana.
La supremacía del pensamiento y mi admiración por el ser humano, en este caso, de Wittgeistein en su tratado lógico-filosofico, en cuanto al intento de explicar la formación e información que hacemos y trasmitimos a través del lenguaje, se me desmorona al leer la locura con asentimiento colectivo que puede trae esta misma posibilidad constructiva mental en la destrucción, de las personas.
La concepción del ser humano se tambalea de la mañana a la tarde.
Este sentimiento me recuerda a la propia historia de la filosofía.
Desde el estudio, fuera de la soga de la vida, de la realidad circundante hasta asumir la angustia provocada por ella.
Desde la cosmología Aristotélica, al Vitalismo de Ortega.
Desde admirarnos y saborear nuestra superioridad ante la capacidad para comprender el mundo circundante, hasta hundirte en la miseria de la incapacidad de comprensión de los actos de algunos individuos cercanos.
Saber que hay dos dimensiones, como dirá Frege en nuestro lenguaje. Una, el objeto del que estamos hablando, que se queda fuera de la trasmisión y otra del sentido que le damos, que es lo que introducimos y con lo que trabajamos. Estos primeros hechos formadores, serán llamados por Wittgestein, hechos Atómicos, y nos valdrán para construir los teoremas que nos llevarán a la trasmisión de la información.
Tras reler, otra vez más esto, emocionado y tranquilo, aparco el libro en la mesita de noche aquel Sábado por la mañana, que me hablaba de aquel Vienes, y el mismo día por la tarde, tras leer un pequeño reportaje sobre los últimos días del tercer imperio, así llamado por, los asesinos Nazis, aturdido y triste me quedo con la figura de los niños de diez años, ahogados en su nada formadora, luchando, en la incomprensión contra un ejercito soviético formado por hombres que podían por edad, ser sus padres.
La variabilidad constitutiva de la especie humana es máxima.
No hay en todo el reino animal tal distancia de comportamiento entre unos y otros.
Habrá que empezar a comenzar la clasificación del ser humano en familia, genero, especie y educación. La diferencia es patente.
Negros, Blancos, Orientales, de América, de África, de Europa, de Asia, de Australia, todos somos seres humanos de la misma especie y género, pero a años luz de distancia me considero de algunos de estos mal llamados seres filiales míos.
Quizás encuentre más similitud conmigo a un delfín que a varios elementos llamados también personas y que decapitan públicamente.

Y como conclusión diré, que cuando pienso y hago metafísica hablando de conceptos, elementos o valores que no tienen una realidad material, me encuentro más ubicado en el vitalismo y existencialismo actual, pues me es realmente complicado no acercarlo a la vida que me rodea.

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