Sí, necesitamos actuar
bajo unos determinados modelos estéticos precisamente para que te escuchen y
atiendan tus opiniones. A los que están en absoluta discordancia con las formas
y maneras usuales, pierden toda su capacidad de cambio pues no son ni serán
nunca escuchados. Sí, tenemos que asumir unos roles supuestos.
Cervantes, el siempre
grande escritor de aquí, mi España, nos dijo que donde fueres hagas lo que
vieres, refiriéndose a la inserción propia del sujeto
Se puede ser inmensamente critico
al hacer unos duros comentarios con las formas y maneras de utilización social,
con una bonita corbata verde y un elegante traje azul oscuro a rayas o con
unos viejos vaqueros y camiseta, pero sé, que así,
más que me pese, con certeza que se te escucha la mitad.
Si quieres protestar y que
se te escuche debes insertarte en esas formas y maneras, los roles imperantes.
Sé con seguridad de la mayor validez del acto. El cambio social, entonces entra
en el hecho de ser una posibilidad.
No demuestres tu
incapacidad de incomprensión y te vayas a entidades divinas abandonando la realidad,
como Kierkeggar, pero tampoco la desprecies, la detestes, la ahogues en la
crítica como hizo Nietszche.
Aprendamos de Locke,
asumamos lo que queremos y busquemos de manera discreta e inteligente el cambio
más correcto, progresivo y posible hacia otras situaciones.
Si no ves la televisión
por sus vacios, humano, cultural e
intelectual, no hace falta ir vestido de tal manera que te miren como a un perro
verde o un gato a rallas, para publicar en tus palabras tus discordancias con
muchos affeirs ridículos al que se les someten a aquellos atrapados en esa miseria.
La adopción de
ciertas maneras es un elemento
imprescindible para los cambios. Pues debes de estar inserto para actuar, desde
fuera no se cambia nada.
Pericles, en el siglo V adc, construyó y
comenzó un gran cambio, con un proceso democrático en Atenas, a lo largo de un tremendo siglo. Era un hombre
admirado y parte constituyente del la sociedad contemporánea de ellos.
No creo en las revoluciones como ruptura, es el lanzarte a nadar el laguito, siendo un crio y sin flotador. El pueblo no olvida su pasado, sus fuentes y creencias de un día para otro, independientemente de lo buenas o malas que estas fueran.
El día de la libertad en
el culto religioso en la antigua unión soviética, las catedrales e iglesias se abarrotaron.
La religión acampó en las casas.
Éstas, las radicales y
violentas revoluciones son el meterte en un nuevo mundo desconocido sin más
preparación que unas líneas teóricas. Treméndamente justas y verdaderas, pero
que no son más que unas líneas escritas sobre un folio en blanco.
Las evoluciones progresivas te llevan hacia lo probable y posible.
En las revoluciones radicales,
el cambio en el error, no tiene marcha atrás. Andando con calma y tranquilidad
se puede llegar al mismo punto se puede corregir la trayectoria.
Asumamos unas formas y maneras pero con la única intención de cambiarlas.
No hay ni tenemos otro camino.
Estéticamente nos han educado así. Yo me he criado y he asumido la corbata como un símbolo de elegancia. Y así, otros muchos aquí en España y si se quiere llegar a la totalidad hay que respetar las medidas y formas.
Jamás te libras del peso de tu subconscientemente.
Por ello, la debes de
llevar esta corbata como parte equipaje, para hacer el viaje seguro, en el
barco que te llevara al mar donde tirarla.
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