Muchos en efecto y muy pocos en
defecto realizan una crítica fundada y buscada a la realidad
circundante, social, política, económica, vital o sea cual quieras
y fuese la dimensión que tomara.
Es decir, si el dinero canta con
desenfreno y baila con descaro al compás de tu mano que entra y sale
del bolsillo, en éste, sin tapujos ni problemas, bailando al ritmo
de tus grandes compras, la vida pasa a ser, quizás, más bonita.
Esto es un gran efecto real, lo cual no implica nunca que deba ser la
verdad.
Si, tu vida, es un camino de
privaciones, límites y cálculos, en la cual el dinero que pasa por
tus manos, apenas permanece en tus bolsillos y realizando pequeños
esfuerzos se evaporan, sin remedio pero sin amargura, de tus enseres.
El control algo sufrido, leve, es un sin ecuanun de tus quehaceres
diarios. Esto es una característica existente, pero, tal y como lo
otro no implica nunca que sea la verdad de las cosas.
Y ¿qué digo y me pregunto?
Cuando reflexiono me digo que el
dinero no es un signo de felicidad, que no es el camino correcto, que
jamás cubrirá mis necesidades como ser humano, que encubre a los
despreciables, que es símbolo de corrupción, que es el objetivo de
los que poco valen, y etc, etc y etc.
Pero, después de tener estas ideas
despectivas hacia los dineros, me pregunto a la par que hundo mi cara
entre las palmas de mi mano, si todos estos pensamientos no son sino
más que producto de mis pocas pesetas de entonces y euros de ahora
que pasean de lado al otro de mi bolsillo,pues le sobra espacio para
hacer carreras en la vacuidad a la que se ven sometidos. Vamos,
poquito dinero en los bolsillos.
Es decir, ¿encontramos en los juicios
que hagamos ciertos puntos propios en nosotros mismos que se
encuentren fuera de nuestros convicciones que fraudulentamente las
conclusiones?
¡Qué peligroso es el dinero!, digo
yo que tengo suficiente pero poco más, pero me pregunto, ¿si me
cayera por el nudo de la corbata los cheques que llevo guardados,
tantos, en el bolsillo de mi camisa pensaría lo mismo?,si en mis
sueños me pudiera revolcar con billetes que al día siguiente
encontraría en la realidad sobre el cajón de mi despacho,¿seguiría
pensando que el dinero es una gran trampa que nos atrapa?, ¿es el
desprecio desde el olvido?, ¿es la crítica desde la distancia?
Cuando pienso fríamente,
tranquilamente, con sosiego y convicción me digo que el dinero
condiciona fuertemente tus movimientos como poseedor de tales
condiciones económicas. Te embotella y te da una serie de
necesidades creadas.
Te puede llevar a dejar de preocuparte
por esto que nos rodea, ser arrastrado por la tormenta de las
tonterías y disfrutar de los sinsentidos. Cuando tu vida no puede
hundirse en beneficios, placeres, excesos físicos, entonces la
meditación y la búsqueda interior se imponen ¿si?
Sí, esto opino y grito.
Esta verdad la canto en la ducha y en
la calle.
Vivo convencido de la trampa que
delante de mi abre sus ojos.
Sí, sí, sí.
Pero todo desde, no pobreza
afortunadamente, pero si de un uso medio y estudiado de la pasta, del
dinero.
Me doy pocos gustazos materiales.
Y mi mayor problema,a estriba en
preguntarme si algo tienen de correctos estos pensamientos o son
sólo, “ - Alberto, entérate”, producto de mis imposibilidades
de darme lo que critico.
La agresividad forma parte de nuestra
naturaleza y tendemos, siempre y todos, a defendernos de aquello que
nos incomoda y en este caso ¡cómo aceptar como algo bueno y
constructivo para las personas algo que no tengo!
Así pues y tendido sobre mis
pensamientos, concluyo y os digo que desde mi falta de éste, acuso
al dinero de romper nuestra naturaleza y corromper nuestro espíritu.
Es el fin de los que nunca tendrán
bastante.
Es la ambición sin límites y
entonces sin final ni satisfacción.
Pero y ojo, éstas son reflexiones de
un hombre que no le sobra el dinero, no le falta pero tiene que
comedir sus intenciones para con éste y que sospecha,
malrumoradamente, que estas condiciones tergiversaran sus
conclusiones.
¡Dame a elegir!
¡Dame a elegir!
Creo que elegiría la pobreza y el
equilibrio que mucho dinero, mucho, con la intención para
conseguirlo, el equilibrio.
Ahora, hablo desde la facilidad de la
lejanía del problema.
Ya veremos, éste supuesto bobo en el
mundo de la supuesta también realidad, lo que haría.
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