jueves, 20 de marzo de 2014

LA NUEVA FILOSOFÍA




Releyendo a Hume, vi con claridad el problema que aumentaba.
Estudiando, después, a Hegel, el asunto SE incrementaba.
Trabajando sobre Marx, mis opiniones se fueron fraguando.
Asustado me sentía cuando intentaba contemplar las duras abstracciones que realizaba un filosofo considerado dentro de la escuela del Empirismo, Hume, el cual nos hablaba e intentaba desarrollar la explicación de los términos genéricos, haciendo alusión a si son una suma de individuos diferenciados o son una unidad formado por ellos.
Razonaba los impedimentos y posibilidades de una u otra opción.
Yo seguía fielmente su razonamiento.
Correcto (¡y quien soy yo para decir esto!), justificado, comprensible.
Ahora, lo que no paraba de acrecentar era mi cara de desilusión ante la falta de interés que iba provocando en mi esclarecer cual era la naturaleza de los términos genéricos y su consecuente abstracción.
Enamorado estaba de ello, pero el frio viento del invierno se llevó el calor y mi amor por esta filosofía.
Y de rebote, en ese mismo lapso de tiempo cayó algún párrafo de Hegel en el cual el mundo entendido como una forma racional en desarrollo, en su totalidad, en su aspecto social o en la individualidad, se desarrollaba. Mi comprensión estaba como hacía tiempo, pero mi distancia se hacía máxima.
Y en el mismo libro que estaba alojados los párrafos de Hegel, habían unos correspondientes a Marx, que nos hablaba también de un desarrollo total y ordenado, pero no huía de la realidad material.
Sin valorar sus conclusiones ni sociales ni económicas, y hablando sólo de su modo operativo, me sentí, claramente atraído por este modo de operar.
Utilicemos la razón, pero démosle una utilidad.
Tras el idealismo máximo de Hegel, la filosofía, empezando por Marx, comenzó a bajar a la altura de donde ponemos los pies, pero y aún así, cometiendo el error de la evacuación de la aplicabilidad y resolución del pensamiento.
Nietszche, es claramente interpretable y aplicable, pero nos habla en unos términos que necesitan un estudio para su comprensión, siendo además, sus escritos, pasionales y llenos de figuras literarias. ¡Baja al suelo!
Hay que colocar a la Filosofía en un lugar que se le pueda hacer atractiva, aplicable y que deje de ser un hábito elitista y hecho para algunos pocos, ya sin solución.
La Filosofía nació como el arte del pensamiento, pero el mundo y las personas hemos cambiado demasiado para seguir por el mismo camino de la reflexión filosófica.
Dudo mucho que yo deje de encontrar grandes a los pensadores de filosofía, ante su capacidad de utilizar conceptos, asociarlos y concluir. Me apasiona, pero cada vez lo veo más distante y fuera del alcance de mis manos envueltas en la actualidad.
Y esto os lo dice alguien que ha estudiado y leído filosofía y que comprende que o cambia el camino y las formas, o va a ser, sólo, un pequeño y hermoso relieve en la gran montaña de los conocimientos.
Si le quieres encontrar un sentido a la vida o una explicación de ella en función de nuestra esencia, busquémosle la explicación en los quehaceres diarios y sus conclusiones pertinentes.
Digamos, y sólo como ejemplo a bote pronto, lo que he visto en las fallas (fiesta de mi Valencia)
No voy a hacer Psicología pues no estudio problemas surgidos en los individuos y su posible explicación y solución, haré Filosofía pues trataré de comprender el por qué de ciertas acciones de la muchedumbre.
Veamos y estudiemos los elementos que forman la totalidad de las fiestas. Nos encontramos con Fuego, Música, Arte, Agregaciones, Vestimentas y otros factores que animan y lanzan a las almas de los individuos.
El fuego lo entenderemos como escape de toda la realidad, como elemento informe que se escurre de los límites que nos rodean, El Arte nos acerca más a nuestra propia esencia, pues la belleza, como tal sólo la siente el ser humano y así y así.
No he pensado estas razones, son a botepronto, pero me valen como ejemplo del aquel motivo del pensar sobre la esencia y las razones de actuación del ser humano, en aquellos lugares en los que nos movemos y vivimos y pueden cambiar tu visión de ellos.
O hacemos bello el pensamiento sin finalidad, es decir no teleológico sino puramente inminente o desaparecerá como tal y sólo los fines nos llevarán a utilizarlo.
No podemos huir de nosotros mismos y olvidarnos de nuestra mayor componente esencial.
Pero tampoco podemos escaparnos de nuestra dimensión temporal y meditar sobre elementos sin ningún interés.
¡Hombre!, ¡estudia filosofía y aprende a pensar!
Vale, eso es como comparar el estudio de la filosofía con las largas horas de repetición para ser un buen, en mi caso, mecanógrafo.
El pensamiento hay que amarlo.
Cuando los Griegos comenzaron a hacer filosofía tal y como hoy es entendida, la llevaron lejos pues era un elemento sorprendente que fue adaptado como algo interesante por una élite social.
Pero, también en estos momentos la filosofía tuvo una aplicación directa sobre la realidad pues investigaban sobre la naturaleza humana para ver como montamos nuestra existencia estatal.
Volvamos a ello.
Estudiémosnos en acción.
Concluyamos de estas observaciones.
No escondamos la filosofía en la última estantería de esa enorme biblioteca como si fuera aquella gran joya.


 En la puerta de entrada, a la derecha, donde los niños la utilicen y sepan por qué conviene tener orden en nuestro desarrollo.

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