lunes, 31 de marzo de 2014

CAMBIANDO LAS CIRCUNSTANCIAS



Y trato de buscar un punto objetivo a partir del cual fijar mis pensamientos y partir, entonces, mi camino.
Aquí me encuentro con una enorme dificultad, casi imposible, de no estar sujeto a elementos variables.
Lo objetivo si que existe.
Lo subjetivo es lo propio del ser humano.
El problema está servido.
Y aquel era yo, sin casi salario, con un pobre trabajo, el cual me permitía comer y poco más. Mi pensamiento sobre todos aquellos que tenían dinero era claro, nítido, concreto. Aquello es una injusticia, justificable como tal de todas formas y maneras.
Qué si el reparto ha de existir por naturaleza.
Qué si todos las personas debemos de partir del mismo punto en el camino de la realización.
Qué cualquier sistema debe de mantener las igualdades sociales.
Qué aquellos manejan mucho dinero jamás llegarán a apreciarlo.
Así, estas y otras cuestiones y conclusiones similares.
Hasta aquel día que encontré un nuevo trabajo, el cual, traía mucho dinero a mis bolsillos. Podía salir a cenar, comprarme un coche, ropa y siempre dinero encima para las pequeñeces que quisiera cursarme. El mundo cambió y me dije
Qué hay que trabajar más y el salario no es injusto.
Qué cada uno está donde la vida le ha llevado por su trabajo.
Qué los gastos superfluos no te corrompen.
Qué lo heredado es una forma que tu familia te paga.
Qué se dejen de envidias y otras acciones como estas.
Es un cambio total y real en la manera de entender la realidad objetiva según son las circunstancias. Lo visto con normalidad por unos, es un escándalo para los otros.
Esto es un claro e ilustrativo ejemplo.
Yo no estoy ni en un caso ni en el otro y en toda mi vida no he tenido ni mucho ni poco.
Ahora bien, si que he sentido como mis pensamientos primeros han cambiado en función de las circunstancias constitutivas de la vida.
En ocasiones tengo algún pensamiento o reacción consciente, de los cuales cuando me paro y los observo, veo que tienen muy poca, en ocasiones contraria, postura que mantenía unos años atrás.
¿Será la edad la que hace que maduren tus pensamientos?. Sí, pero además, también serán las circunstancias, para mi mal.
Hay que tener una gran fortaleza mental para evitar que la corriente social no te arrastre y configure tu persona introduciéndote en diferentes campos de acción, costumbres o modos de actuar.
Y fue, en aquel momento, cuando dije aquella frase, cuando me di cuenta que aquello, sentido, se alejaba bastante de lo pensado, también es cierto, hace años. Pero eso pensado ya hace muchos años, era definitorio de mi persona.
Perdido me encuentro en la solución de esta problemática.
¿Maduro hacia conclusiones más correctas?
¿Me abandono en la comodidad de la aceptación de lo que hay?
¿He perdido el valor?
¿He conseguido la consciencia?
Me es una temática interesante ver la evolución mental a la que estamos sujetos.
“Bueno, sí, cuando eres joven sí” - me dijo aquel, y yo pensé lo poco que observaba este hombre a la gente de mediana edad.
Quiero huir de esta conclusión.
Quiero creer en nuestra capacidad de mantener nuestros principios e ideas sea cual fuere el plano en el que las incline.
Pero siento en bastantes ocasiones que no es así.
Nuestro propio egoísmo natural, innato, te puede llevar a conclusiones que jamás pensabas tenerlas.
Sí, es cierto que el paso de la juventud a la madurez, esto es potencial, pero no nos equivoquemos y seamos conscientes que el cambio siempre nos va a perseguir.
Hagamos reflexiones,que después nos ayuden a tomar decisiones en un mismo camino y no cambiar de acera cada vez que así nos convenga.


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