!Cuánto ansío el ser leído y tan malo que es para la redacción de aquello que sea obrado como tal¡, repaso y releo y encuentro muchos errores, ya sean narrativos, léxico o concursantes, tenidos por el ansia de publicar. Estudio mis escritos y concluyo que sólo por mi pueden ser enteramente entendidos si , no los repaso, amplio y corrijo. !redacto como si el supuesto lector supiera lo que yo estoy pensando al componer el texto, de la clase que fuera¡ Echo algún repaso a los libros que ya he publicado, y me gustan, me seducen, pero dudo mucho de mi objetividad en mi juicio. Quizás, habría que hablar de la paciencia y trabajo del escritor más o igual que su momento de algida inspiración. !Cuántos escritores permanecemos anclados en nuestras propias ilusiones ¡ Siempre me queda el consuelo del disfrute propio del acto del escrito y su capacidad propedeútica a nivel espiritual¡ El único camino para hacer buena literatura o filosofía, es no esperar nada de ella, pues cualquier otro elemento contamina, ensucia y envenena el resultado. El aquel o aquella cualquiera, que notara algún tipo de sensación sobre aquello que escribiste sin velo alguno desde tu alma, y lo supieras, es, sin duda, un momento grande de satisfacción y realización personal.
- Y ¿a quien le cuento esto? - le preguntaba a mi almohada mientras esta dormía muy plácidamente.
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