Es un concepto,
sujeto, entidad, objeto, totalmente despreciado y alejado de estudio.
Debido a la
complejidad de la cuestión, se abandonó ya.
Los primeros y
últimos pensamientos respecto al tan anhelado Espíritu, eran
realizados desde perjuicios, en forma de intenciones o principios.
La practicidad
moderna hubiera podido dar un concepto más real y operativo a éste,
pero la revolución en el uso y dominio de la materia de la segunda
mitad del segundo milenio, nos llevó a desplazar nuestra esencia, y
el Espíritu, volvió a la plaza más lejana en lo más oscuro del
garaje de los pensamientos.
Cualquier acto
material es absolutamente previsible en el caso de tener conocimiento
de todos los elementos y circunstancias del principio. El principio
de indeterminación es un problema de localización, pero no de
libertad de posición.
En el ser humano hay
un acto que no tiene necesidad en ningún momento, y esto es la
voluntad.
La vida de las
personas es un largo camino de elecciones, unas pueden estar guiadas
por unos elementos vivenciales que expliquen su aparición pero otros
no, pues su origen es un acto puro de voluntad.
Y, encontramos un
trabajo tremando a darle una realidad Ontológica a la Voluntad.
Si aceptamos el
principio de la independencia de esta acción sobre lo material, el
campo de acción y funcionamiento se hace grande, muy grande.
En la actualidad se
pone todo en duda o simplemente no se debate, tanto la utilidad del
conocimiento como de la supuesta dimensión transmundana. Más que
poner en duda provocan risas y ternura.
En el caso de que
aceptase realmente esta dimensión pudiérase comenzar un estudio
científico.
Si es lo que somos,
estudiémolos, controlémolos, dominémolos.
Tenemos demasiado
olvidado una parte constitutiva con claridad de nuestra esencia como
personas.
Veo, con
imposibilidad, la explicación total del ser humano, alegando, en
todas sus dimensiones, unas grandes y complejas combinaciones en
estructuras gigantescas mentales, pero funcionando con impulsos
eléctricos.
Y Andrés le dijo a
Pedro
- Y ¿Donde está mi
alma rota por las injusticias? o ¿donde habita el fuego que siento
cuando las veo?, será ¿en unas conexiones electricas o combinación
de elementos físicos?
- No, yo pienso que
no – le contestó.
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