Y el genio, con su turbante y con la cola de humo todavía dentro de la tetera, miró fijamente y esperando a que todo el mundo a nuestro al rededor enmudeciese y me dijo con solemnidad
- Así, pues, afortunado, ! Tienes la oportunidad que nadie una más volverá a tener, ! Pide un deseo, cual fuese
Imaginaos cual fue mi sonrisa y alegría cuando éste me lo propuso. Comencé a pensar, pues sabía que era difícil... Comida, paz, enfermedades.. Baraje unas posibilidades que tras estudiarlas me di cuenta que no necesitábamos a un genio para llevarlas a cabo, así pues seguí pensando. Por la calle, en ese mismo momento, pasaba un joven, que se estaba agachadando a coger a su perro joven y se lo puso entre los brazos, Con cariño y cuidadosas maneras este hablaba por teléfono. El perro le miraba con ojos de cariño y agradecimiento. Noble, bonito, cariñoso, agradecido, fiel. Me giré al genio y le dije.
-! Ohoo!, poderoso y beneficiario alto señor, quiero que los perros hablen, que puedan susurrar sus pensamientos en los oídos de las personas
El genio tuvo un pequeño bamboleo sobre la tetera y la nube de humo se torno más delgadita y oscura
- ¿De qué me hablas? - me dijo asombrado.
- ¿ Tengo alguna limitación en el deseo?
- No, - me dijo sonriendo, mientras que alzaba de nuevo su potencia y potestad sobre el mundo y sonriendo, pero cada vez más ampliamente, levantó la mano con la que sujetaba su barita mágica y en un mar de estrellas, dijo,
! Que los perros hablen! - carcageándose, dijo - tu deseo ha sido cumplido.
Y mientras volvía a a tetera, me sonreía, me guiaba el ojo y me susurraba
- hermoso, bastante hermoso.
A la mañana siguiente desperté pronto y me fui a la cocina a desayunar. En la ventana de en frente vivía una señora mayor, que deambulaba por la casa acompañada de su perro, uno pequeñito de estos que parecen pequeños a gatitos sin los colmillos afilados y con cara de simpáticos, hasta que sorprendido vi, como tras darles, unas vueltas con cariño y acariciando con amor los tobillos de la persona mayor, oí decir
- Arturo, bonito, fiel, ¿Que quieres?
Y con una voz meloso y suave y a la par que mi corazón parecía se explotar le dijo el perrito
- Que nos vayamos a la calle, a jugar un rato, le contestó
dando vueltas sobre si mismo y saltando de la alegría que siempre llevaba encima.
La señora lo recogió del suelo, y entre los brazos se lo llevó a la calle.
A partir de entonces, los perros, compañeros fieles y buenos de las personas, empezaron a dar acto de amistad, de verdad y compañía. Son una amistad sin precios y una compañía sin límites.
Agradecidos, amorosos, espontáneos, cuidadosos.
Su relación con su, entonces dueño, ahora mantenedor, son mucho más limpias que la de los humanos entre nosotrosnosotros.
Andrés se sentía contento con su deseo, cuando veía pasar al joven con su perro, bonito y sano, mirando con cara y ojos de cariño y sinceridad, escuchando a su mantenedor, mientras esté le daba caricias y el otro, que le entendía, dándole copañía y comprensión, se lo agradecía.
! Cómo cambiaría el mundo si los perros pudieran hablar ¡, ! Cuanto soledad se perdería!, ! Cuantía alegría llegaría! Y cuantas lecciones de ética y moral recibrecibiríamos.
Pensé que si tuviera otro deseo,pediría que hablarán los caballos.
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