martes, 6 de octubre de 2015

LA COMUNICACIÓN (Cap.6)




Dos días de la traducción y ya debían de tomar decisiones y tener acciones.
Enajenado y estranbótico, masticaba ideas el pensamiento de Carmen, mientras ésta, deambulaba por el pequeño balcón que bordeaba toda la parte superior, al rededor, de la bóveda, cobertura del telescopio del observatorio.
Hacía ya más de 30 años, cuando se supuso el contacto con algún otro tipo de inteligencia interestelar.
Las repercusiones, entonces, fueron tremendas a nivel mediático. Fue un golpe muy duro para todas las culturas existentes y el desconcierto se extendió. En unos grandes esfuerzos a todos los niveles, la estabilidad y normalidad se recuperó, es más actuó como catalizador del proceso y la mejoría a todos los niveles se incremento.
La información que sólo ella y dos más tenían, potenciaba al máximo las repercusiones a nivel mundial de este tipo de asuntos.
Estaba emocionada e interesada como científica, pero también nerviosa y preocupada como persona.
Se paró, se giró y apoyó las manos en el borde del balcón.
- No sólo hay una vida más inteligente y avanzada que la nuestra, si no que !además vienen! - hablaba con Iván que pensativo la acompañaba en su espalda-, !ahora, con mis 68 años y con la intención de irme a casa a descansar, llega a mis manos la mayor noticia en la historia de la humanidad¡. Bien, bien, llamaré a todos nuestros compañeros y decidiremos.
Había estado hablando con las estrellas mientras Iván dibujaba figuras geométricas muy precisas en una pequeña libreta, mientras, absorto, andaba detrás de Carmen.
Ésta, tenía el cabello canoso, pero fuerte, liso, cortito que le daba juventud. Iba vestida con una chaqueta azul de tela gruesa en contraste con una camisa blanca de ondulados cuellos. Era y estaba guapa y elegante.
Volvió y en el camino de éste, paró otra vez su mirada, hacia la dirección, respecto a las estrellas circundantes, que ocupaba la planeta el planeta Monolito desde el qué había salido algún tipo de seres inteligentes que venían - espero que a vernos- suspiró, largo y profundo entre estos pensamientos.
Se intercambiara gestos y Carmen no cerró la puerta de salida, allí se quedaba, Iván, como siempre haciendo geometría.
Al llegara la sala principal, se encontró a Andrés. Era ya la noche bien entrada y allí estaban todos todavía.
Durante, al menos, dos minutos y mientras Carmen iba al otro lado de la mesa, buscando la máquina de café, se mantuvieron la mirada esperando noticias o comentarios de cualquier índole, entre el uno y el otro.
Tras el siglo más sangriento y cruel de la humanidad, siglo XX, vino uno difícil, duro, pero se había luchado consiguiendo estados sociales y posibilidades tecnológicas impensables, ya a finales de éste.
El siglo XXII, llevaba el mismo camino, hacia la mejoría, pero potenciado. La tecnología y el acuerdo todo lo invadían.
- Todo puede cambiar, Andrés, y dudo que sea a mejor – dijo Carmen rompiendo el silencio establecido.-
- Por qué Carmen? - le pregunto sin tono en su voz. La noticia le pesaba.
- Si traen cosas beneficiosas o problemas, inmediatamente romperán el equilibrio que tantos siglos nos está constando construir.
- Demasiados – apuntó Andrés.
- He seleccionado a todos los compañeros a los que yo creo que debemos mandarle la noticia e insistirles en la necesidad de su presencia inmediata. Hazte una lista, revísalos y con los que elijamos, comencemos a trabajar ya. Planes y fechas.

- Sí, Carmen, ya lo he hecho, confeccionado la lista – le dijo sonriendo con amabilidad- para tratar de de disimular sus profundas inquietudes que le invadían.

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