Dos
días de la traducción y ya debían de tomar decisiones y tener
acciones.
Enajenado
y estranbótico, masticaba ideas el pensamiento de Carmen, mientras
ésta, deambulaba por el pequeño balcón que bordeaba toda la parte
superior, al rededor, de la bóveda, cobertura del telescopio del
observatorio.
Hacía
ya más de 30 años, cuando se supuso el contacto con algún otro
tipo de inteligencia interestelar.
Las
repercusiones, entonces, fueron tremendas a nivel mediático. Fue un
golpe muy duro para todas las culturas existentes y el desconcierto
se extendió. En unos grandes esfuerzos a todos los niveles, la
estabilidad y normalidad se recuperó, es más actuó como
catalizador del proceso y la mejoría a todos los niveles se
incremento.
La
información que sólo ella y dos más tenían, potenciaba al máximo
las repercusiones a nivel mundial de este tipo de asuntos.
Estaba
emocionada e interesada como científica, pero también nerviosa y
preocupada como persona.
Se
paró, se giró y apoyó las manos en el borde del balcón.
-
No sólo hay una vida más inteligente y avanzada que la nuestra, si
no que !además vienen! - hablaba con Iván que pensativo la
acompañaba en su espalda-, !ahora, con mis 68 años y con la
intención de irme a casa a descansar, llega a mis manos la mayor
noticia en la historia de la humanidad¡. Bien, bien, llamaré a
todos nuestros compañeros y decidiremos.
Había
estado hablando con las estrellas mientras Iván dibujaba figuras
geométricas muy precisas en una pequeña libreta, mientras, absorto,
andaba detrás de Carmen.
Ésta,
tenía el cabello canoso, pero fuerte, liso, cortito que le daba
juventud. Iba vestida con una chaqueta azul de tela gruesa en
contraste con una camisa blanca de ondulados cuellos. Era y estaba
guapa y elegante.
Volvió
y en el camino de éste, paró otra vez su mirada, hacia la
dirección, respecto a las estrellas circundantes, que ocupaba la
planeta el planeta Monolito desde el qué había salido algún tipo
de seres inteligentes que venían - espero que a vernos- suspiró,
largo y profundo entre estos pensamientos.
Se
intercambiara gestos y Carmen no cerró la puerta de salida, allí se
quedaba, Iván, como siempre haciendo geometría.
Al
llegara la sala principal, se encontró a Andrés. Era ya la noche
bien entrada y allí estaban todos todavía.
Durante,
al menos, dos minutos y mientras Carmen iba al otro lado de la mesa,
buscando la máquina de café, se mantuvieron la mirada esperando
noticias o comentarios de cualquier índole, entre el uno y el otro.
Tras
el siglo más sangriento y cruel de la humanidad, siglo XX, vino uno
difícil, duro, pero se había luchado consiguiendo estados sociales
y posibilidades tecnológicas impensables, ya a finales de éste.
El
siglo XXII, llevaba el mismo camino, hacia la mejoría, pero
potenciado. La tecnología y el acuerdo todo lo invadían.
-
Todo puede cambiar, Andrés, y dudo que sea a mejor – dijo Carmen
rompiendo el silencio establecido.-
-
Por qué Carmen? - le pregunto sin tono en su voz. La noticia le
pesaba.
-
Si traen cosas beneficiosas o problemas, inmediatamente romperán el
equilibrio que tantos siglos nos está constando construir.
-
Demasiados – apuntó Andrés.
-
He seleccionado a todos los compañeros a los que yo creo que debemos
mandarle la noticia e insistirles en la necesidad de su presencia
inmediata. Hazte una lista, revísalos y con los que elijamos,
comencemos a trabajar ya. Planes y fechas.
-
Sí, Carmen, ya lo he hecho, confeccionado la lista – le dijo
sonriendo con amabilidad- para tratar de de disimular sus profundas
inquietudes que le invadían.
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