domingo, 1 de marzo de 2015

EL TONTOCICLOS GENERALES


Pedorras, tontos, come culos, toca orejas aburridos, caraduras. Total, que escandalizado salí por los pies a la calle.
¡Diablos!, pensaba.
Venia de ver a Zapatero y a Rajoy discutiendo como loros ante una banda de pajarracos.
Trabajaba, entonces para la televisión. Cuando hacia con la cámara  un zoom totalitario y progresivo, veía que había asientos vacíos en una sesión presupuestaria general. Me extraño, pero bueno.
Ahora, eso si, la babita se me caía por la ranura de la boca de la cara, que se me quedó, de tonto del haba, cuando al momento de subir al estrado de congreso el señor Duran, y hubo una muchedumbre borreguil que con todo desparpajo y pasamorros salían tranquilamente del hemiciclo en el cual estaban debatiendo lo que harían con las “pelas” de unos cuantos millones de infelices que pagamos los impuestos. Aquello parecíase no ir con ellos.
Y desde donde estaba escuchaba alguna conversación entre los diputados
-”Mariano –le dijo Matías, ¿por qué no nos hacemos un par de cervecitas y almendras mientras ese botarate continua con su discurso”. Mariano se rió, moviendo con su gran barriga “gambera y cervecera” el respaldo del asiento del diputado 178 que nunca, pero nunca jamás, venía a cumplir con su trabajo, pues se iba al putiferio “el colibrí pasajero” a gastarse mi impuesto de circulación con la gordita Cubana que tanto le ponía.
Al salir, despertaron del sopor a Julia, que aún siendo tremendamente agresiva y eficaz sacando trapos sucios de la oposición, tenía dificultades para aguantar una audición superior a 30 minutos- y también sacaron del embobamiento de este diputado “ como se llama?, - dijo Matías; pues no sé –le dijo- esta aquí por Albacete – contesto Mariano”- que estaba mirando las fotos de la familia con un embobamiento magistral.”
Pero lo que más me sorprendía era que esta parodia, divertimento y engaña bobos siguiera funcionando como tal. Todo huele a mierda, así que me voy a ver las cuerpos de las jovencitas veinteañeras de la playa. Este es un acto sano y noble, comparado con los pichascorta y las culoarrugado y toda su carga de hipocresía. Comparados, entonces, con ellos, eres un santo disfrutando con el espectáculo de la contemplación de estos cuerpos, casi (pero muy poco casi) impolutos.

Espero que asintáis. Aceptarlo, o eres malo o estas resignado, o eres, como yo, del club de los sorprendidos tontos del bote.

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