La
corta fila de hormiguitas subiendo en una corta, rítmica y ordenada
hilera, fueron llegando a la parte alta, al lugar del encuentro.
A
Boris y Carolina les había costado un tiempo normalizar su contacto,
fluidez en conversación, planes conjuntos y otras maniobras propias
de la vida en grupo y en común. Pensaban que siendo dos les costaría
menos hacer, traer y conseguir la comodidad de aquellos que allí
venían.
Vieron
llegar al primero. Su nombre era Xaqui, y aun tantos años pasados,
pero sin el contacto cotidiano ni mensual ni anual con ninguna otra
persona, mantenía el meloso acento Argentino. Se plantó ante ellos.
Ansiedad, descolocación, ausencia, espera, no podía abrir la boca
para hablar con otra persona.
-
En la lista dice que Usted es Xaqui – le preguntó Carolina-
Trató,
firmemente de contestar, pero tal era el impacto de estar con
humanos, de nuevo, que apenas balbuceaba los intentos, hasta que lo
consiguió.
-
Sí – contesto temblando de emoción a la vez que sonreía tras
darse cuenta que aquello era una realidad.
Temblando,
pero con los ojos vivos, se puso al lado de ellos, a la espera de los
demás siete compañeros.
Los
seis siguientes no dieron manifestación de apenas ninguna emoción.
Estaban totalmente inducidos y enajenados. Sus mentes no pudieron
aguantar las circunstancias y explotaron en una inconsciencia y
servidumbre total. Los ojos vacíos, la mirada perdidas, los
movimientos secos. Se presentaron con facilidad y fueron esperándose
unos a los otros. La décima era una mujer y también tenía vida en
la cara. Valiente, puesto que más que sorprendida se la vio
interesada, exploradora y conclusiva. Tuvo los mismos problemas para
hablar y a pesar de sus particularidades, también se la notaba
sorprendida, emocionada e impactada. Era Alemana, Fryda. Todos, en
260 años, dominaban suficientes idiomas para comunicarse
correctamente en todo el planeta.
-
Hola, mi nombre es Boris y el suyo Carolina, y ¿el tuyo?
Los
individuos con sus mentes vacías, no tuvieron dificultad alguna para
presentarse y al momento comenzaron a recorrerse de arriba a abajo el
observatorio para conocerlo y poder empezar a trabajar rápido.
Debían de seguir el plan de trabajo de Boris, pero pensando en la
complicidad de todo el equipo le había dado unas características
que ahora debía de modificar.
-
Boris, me parece que los únicos dos que están en capacidad de
desarrollar el orden y desarrollo correcto con argumentos creativos
son Xaqui y Fryda- ellos sabían que les estaban escuchando, pero ya
hablaban dentro de su teatro constantemente.
-
Sí, Carolina, perece ser que las situaciones han traído la
enajenación mental de los otros seis. Serán puros obreros a
nuestras ordenes. Espero que así lo entiendan también los
visitantes – miro, inconscientemente hacia el techo, esperando
alguna reacción lejana pero próxima y dominante a raíz de su
comentario-
Les
fueron enseñando sus instalaciones, tanto de estudio, como de
mantenimiento, así como todo el sistema tecnológico. Tanto a Xaqui
como a Fryda les estaba pasando lo mismo que a Boris y a Carolina, es
decir, iban superando el impacto primero y la alegría de la compañía
se hacia patente cada hora. Impactantes las primeras horas y días.
No se había vuelto locos o enajenados ninguno de los cuatros por su
gran dureza y resistencia mental
-
¿Nos habrán elegido a todos por ello? - preguntó Carolina.
-
Yo creo que sí, y además, se ha visto que hasta ellos, vosotros,
pueden equivocarse, seis no han podido aguantarlo. Seremos inferiores
tecnológicamente pero igual os podríamos enseñar algo - poco a
poco iban refiriéndose directamente a ellos.
-
Es decir, que no se puede contar para nada con los otros seis.
-
Sí, para realizar asuntos y labores mecánicas y que nosotros les
mandemos para realizar el proyecto de estructuración.
A
las tarde, tras acostarse lo demás, los cuatro elegidos
supervivientes se quedaron solos en la sala principal. Hablaban y
hablaban y así estuvieron sin sacar ninguna idea clara ni ecuánime
durante una semana al menos. El desajuste por el encuentro era
máximo, sus funciones cognitivas alteradas, su perdida de la
realidad momentánea también, se fueron calmando pero su vida había
dado una vuelta muy amplia como para enfilarla pronto.
Pasados
unos días, la puesta en común de los proyectos comenzó.
Aquella
misma primera tarde de trabajo en equipo para la creación de
estructuras y protocolos, Carolina, invito a Fryda a dar un corto
paseo de relax. Se fueron contando sus propias vidas en aquellos dos
siglos hasta entrar bajo la sombra de la privacidad de la antena
parabólica. Carolina le explicó el por qué de aquel lugar y le
dijo el poco tiempo que debían pasar allí abajo, con lo que la
comunicación de la información sería lenta.
-
Fryda, los podemos echar
Tembló
y tuvo que apoyarse para no caerse
-
¡cómo, cómo!
-
¿Sabéis el objetivo de las burbujas?
Tenían
prácticamente la misma información. Eran mentes abiertas y lúcidas
que habían investigado y llegado a las mismas conclusiones desde la
distancia.
Impactada
salió del paraguas mientras y siguiendo la mentira que Fryda como
Xaqui deberán empezar a dominar, comenzaron a hablar de la maravilla
de mundo, lleno de felicidad que les habían montado.
Xaqui
se desmayó y lo tuvo que sacar Boris, hasta llevarlo al sillón de
la sala.
-
¡Qué me has dicho!
-
Te estaba hablando del número total de habitantes que pueden acoger
aquellas burbujas y calculando el numero total para almacenamiento
allí.
-
No, no, Boris – los ojos de Xaqui daban tristeza y pena, por un
momento pensó en que sabían como tirarlos - ¿sólo eso?
-
Sí.
Algo
mas, discretamente, lloro, hasta que volvió a su buen grado de
colaboración y validez.
Ya
verían como se lo dirían a Xaqui, pero ahora, y tras el accidente
ocurrido abajo de la antena, no seguirían con la comunicación de
los planes finales hasta dentro de varios días. Iban a trabajar los
planes de los invasores y darse la esperanza de la compañía humana.
En
la máxima tranquilidad de trabajo, mientras preparaban todos los
elementos y partes alimenticias para la población, lo voz surgió de
la nada.
-
Dentro de 26 días todo tendrá que estar terminado y comenzaremos el
traslado y la asociación.
Tal
y como empezó, acabo.
Esa
misma noche comenzaron a trabajar y esa mismo día por la mañana, le
comunicaría la verdad a Xaqui, allá, bajo la sombra de la antena.
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