viernes, 20 de noviembre de 2015

...del momento de la escritura...

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No es posible escribir sin entrar en trance en el momento de hacerlo.
Desde la distancia nadie es capaz de entrar en el asunto y hacer vivir a los demás.
El asunto te invade y te posee.
Si escribes alguna novela, te trasladas al corazón de aquella que quiere acabar allí la relación con él.
Si es tu articulo de opinión, pones toda tu alma defendiendo todo aquello en lo que crees.
Si haces Filosofía ¡ ahy¡, se fuerte pues volar entre las ideas por encima de los coches que circulan por la calle de la esquina de tu casa es realmente peligroso. El viento te puede llevar muy lejos y puede que no pudieras volver.
Aquel comenzó a escribir en el último capitulo, en el que el artista, por fin conciliaba en sueño en los avatares de su familia, cuando los vecino, comenzaron a golpear la pared, en su máxima inocencia, mientras clavaban y ponía, la foto de su siempre soñado viaje de novias....!no¡ necesito irme de su viaje y entrar en la piel del personaje. La necesidad de evadirse insiste.
O del otro aquel, que sabía que su mente iba a alterarse en el momento de opinar sobre aquellos que estafan, manipulan, estipulan y se enriquecen con el dinero del pueblo, cuando podía permanecer tomándose un café en la esquina del viejo bar, leyendo en el periodicop, la parte de los deportes, en la gran evasión, a nivel mundial, que no se nos olvide, del próximo partido del Madrid-Barcelona. Tiene que olvidarte de las pequeñeces y entrar en las injusticias y la firmeza de su juicio y descripción. Algunos esto les llegha al alma.
Y los Filósofos ¡Pobres de ellos!, estos sí que sufren, pues tienen que realizar el doble de esfuerzo para huir de la realidad circundante y su trance y éxtasis en el mayor, más profundo y más lejano. Mal venida persona que se atreve a estudiar, a mirar, a contar la realidad desde una perspectiva no material ¡será en aquellos momentos repudiada y negado por el mundo circundante!, sabed, filósofos, que a huida para hacer filosofía ha de ser máxima. Siento pena cuando veo a un hombre que no comprende y no puede insertarse, con total dominio, control y comprensión en la dinámica de funcionamiento en el mundo actual que nos rodea. Pensar, pensar, en estado puro es realmente difícil. Sólo la riqueza la alcanza tu alma. Este trance te distancia. La Filosofía es un camino hacia la soledad.
Así pues, quien busque calidad en sus escritos debe de saber, y sin miedo a mi aparente petulancia, que debes de huir de la actualidad y refugiarte, nomás, que en tu mente, lo cual no es fácil.
Y tu razón se agota, y pasas el día en el trabajo y llegas a tu casa y tus ideas permanecen dormidas y escondidas pues tus pensamientos necesitan descansar. Y ¿cuando tienes el momento en el cual tengan el valor a ocupar toda tuda tu dimensión vital y absorberte en ellas?
Vive las novelas, lucha las opiniones y sufre, para mi mal, la filosofía.
Os leo, aquí, en estos blogs y me imposible no encontrar soñadores que en un momento del día entrar en ese trance o momento de alejamiento de la realidad circundante.
Pero esto necesita una serie de circunstancias puntuales y temporales.
Escribir no es sentarse y golpear, como ya hacemos todos, las teclas del ordenador, tienes que realizar una acción personal que requiere un esfuerzo anterior.
Lee, apartando primero el espíritu critico, las narraciones de los demás, pues, siempre hay esfuerzo y tiempo invertido en ello.

Los artistas no son fruto de un momento de inspiración no más.

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