sábado, 14 de noviembre de 2015

LA COMUNICACIÓN (Cap. 12)




Escondido en la parte mas oscura del observatorio, contemplaba, con los ojos dilatados la pantalla, ancha, alta, grande y con antireflectante que permitían su visión durante largas horas. No había cerrado su boca en un plazo, muy largo de tiempo y los labios estaban muy secos ya. El ordenador utilizaba el programa y leía el mensaje escrito, en voz alta y en un perfecto Español. En el mensaje no había ningún giro lingüístico ni uso particularizado, y no era difícil leerlo o interpretarlo para la máquina.
Nunca dejes de esperar nada, nunca deseches cualquier acontecimiento, siempre baraja todas las posibilidades – recordaba estas palabras en el trascurso de sus primeras investigaciones.
Ellos, los venidos de aquella lejana estrellas, aquellos que aparecieron y se quedaron, los que creíamos como traedores de buenas experiencias y noticias, aquella otra civilización que pensábamos que había venido con el afán del conocimiento propio, no fueron esas sus intenciones, pues había venido a utilizarnos como cebadores para su propio desarrollo y habían elegido a Boris como intermediario entre unos y otros.
Allí estaba escuchando otra vez el mensaje.
No sabía que hacer, pues dudaba en asumir la ignorancia y caer en la perdición colectiva, tirarse por el balcón más alto del observatorio o dirigir y ordenar al mundo hacia su esclavitud.
La vida podrá continuar, incluso casi todas las actividades propias del ser humano, pero su libertad quedará esfumada y la nada llegará en su lugar.
Carmen llamó y abrió la puerta, Boris movió la cabeza, cerró la boca y trató de disimular su ensimismamiento.
- Han vuelto a llamar los dirigentes de las UNO, del grupo dirigente de los 15. Mucho tiempo de tranquilidad. Las cosas comienzan a normalizarse, la calma y el orden estaba volviendo al mundo , pero los de los 15 no se confían todavía, ni de ellos entre si ni de nada que les rodee. Aquel punto álgido de convivencia de algunos años atrás, tardaremos en alcanzarlo. Pero tú Boris eres el único que no va en transito de tranquilizarte, sino, al revés. Delgado, alterado, ¿qué te pasa, compañero?, cuéntemelo – se acercó Carmen a él y cogiéndole por el mentón le levanto la mirada hacia sus ojos. En pocas semanas los papeles habían cambiado. Ahora era Carmen la que parecíase tener la seguridad sobre los acontecimientos y Boris el que expresaba las dudas.
Carmen tenía una mirada realmente bella. Las pupilas oscuras y los ojos perfilados, templanza, tranquilidad, firmeza, dulzura de la quietud, se acercó mucho hacia él y con cariño le volvió a preguntar.
- Sé que algo más hay, sé que algo me estás escondiendo al mundo entero y a mi, pero Boris, sabes lo que te digo, que confío tanto en ti que apoyo cada una de tus decisiones. Mis palabras van dirigidas hacia tu persona en la brusquedad de tu tranquilidad. Mi curiosidad es nula, pues sé que el destino, con los visitantes, ya se nos ha ido de las manos. Pocos saben todos los datos y pocos de los que lo sabemos, tenemos conciencia de la situación, real.
Se acercó más, le besó en la mejilla y le dejó un café caliente que le había subido. Por supuesto que Carmen estaba al tanto de todos los movimientos.
Y esta se fue y Boris presiono de nuevo la tecla de la traducción.
Los visitantes decían , que aprovechando nuestra pequeña capacidad de comprensión y utilizando términos que no se ajustan a la realidad pero que son los mas comprensibles para nosotros, nos iban a tratar como productores de CO2, necesario para el comportamiento y la fluidez propia de su composición química. En su planeta no había fuente de creación de éste y allí ya había consumido todo el existente. Habían buscado por todas las galaxias, habían encontrado varias lugares pero que tenían la dificultad de ser finitas y agotables. Con nosotros habían encontrado la fuente de producción inagotable se su elemento químico indispensable para su funcionamiento orgánico. Tenían e iban a organizar el mundo, tal que nuestra vida fuera normal, medianamente normal, pero sin un ápice ni gramo de toma de decisiones ni organización. Ellos sabían que no tendría ningún sentido hacer publico esta decisión pues no traería más que una dilatación en el tiempo sus planes de realización y necesitaban un ser humano, que tuviera un pleno contacto con ellos y fuera capaz de transmitir la necesidad y urgencia de realizar sus actos.
¿Y quien debía ir con las cartas a las familias del los anuncios de la condena de muerte de sus hijos?, él.
Podía negarse, no mover ni su dedo meñique y sufrir las consecuencias de la esclavitud y los grandes y primeros desordenes que iban a producirse. Allí, en el punto más alto habitado de la isla, podía dinamitar todo el sistema eléctrico, lavarse las manos y ser uno mas del rebaño hacia el corral. Mejor sin dudas que ser una oveja más que indique el camino que hay que seguir hasta sus establos.
Allí tenia, delante suyo en la pantalla, un informe de 100 paginas en el cual se puntualizaban los ordenas en la comunicación a las diferentes autoridades, los contenidos de ellas, las maneras a utilizar, la temporalizaciones y demás elementos propios de la gestión del asunto como tal y en la segunda parte del informe, describía las acciones físicas y de nuevo orden que se iban a realizar.
La libertad iba a desaparecer.
Es más, nos alimentaran y nos mantendrán los elementos de diversión colectiva.
Pero no querían ni un avance más en el plano intelectual ni técnico ni científico.
Iban a estancar la evolución cultural del ser humano y anulando todos los conocimientos anteriores, en todos los formatos y prohibiendo su trasmisión oral, retrocederíamos hasta nuestro elementos grupal más primitivos y sabríamos hacer mas que divertirnos, alimentarnos, reproducirnos y producir CO2.

Boris, pensaba, pensaba, pensaba y si podía, en un futuro hacer algo, sería, sin duda, más efectivo en el contacto directo.

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