viernes, 27 de noviembre de 2015

EL EDIFICIO CALIGARI



Abrí  la puerta, como cualquier otro lunes, dispuesto  a irme al trabajo.
Entre abierta tenía Arturo, la puerta  enfrente a la mia en el tercer piso.
Era, como todos los vecinos del edificio Galigari, unas características  algo especiales y particulares.
Al oir el ruido de la puerta que se cerraba, la mia, salió urgentemente a encontrase de casuailidad conmigo.
Llevaba puesto, como de costumbre, un gorro de vestimenta de frak, negro, muy limpio y aseado..
- Hola, Andres, ¿qué tal?,  yo muy bien, aquí, escuchando la radio sobre el tiempo que tendremos esa semana por si acaso se me ocurria salir - cosa que nunca hacía . la comida  demás artilugios  para vivir en aquel piso, se las traía la mujer que iba a limpiar el apartamento.Tras girar algo la cabeza, continuó
- ah!, léete, el último libro de Comte-Sponville, buenísimo, te lo recomiendo. Una temática muy actual y que nos concierne a todos
Era un hombre inteligente y culto. Esta semana era la cuarta vez que me nombra dicho libro. Así que ayer lo busqué en internet y rezaba sobre los beneficios de la soledad. Tenía  una gran capacidad mental, pero una mente absolutamente desubicada.
- Pues acordemosnos que el agua es siempre buena, y ¿Tus hjos?,  ¿qué tal con tu mujer?, ¿has solucionado estos problema en el trabajo?, - cada vez que nos cruzabams, me hacía  referencia a las misma temáticas  repitiéndose las mismas preguntas - bueno, bueno, dime, ¿cuándo  será la próxima  reunion de vecinos?, ¿hablaremos  sobre el ascensor? - que él nunca  utilizaba - ¿ piensas que hay que cambiar al equipo de limpieza?
Cuando coincidimos  en las puertas de nuestras casa, me tenía, siempre, un cuarto de hora allí hablando. Vivia totamente solo. No tenía visitas y no salía a la calle. Realizaba un trabajo de manualidades muy lucrativo debido a su perfección y el tiempo que dedicaba. Pero estaba totalmente solo en el mundo, solo porque el lo queria y buscaba, aparentemente.  La mujer asistenta, algo especial o algun problema, para estar cuatro horas seguidas con él y su asfixiante monólogo . Iba, mi vecino, hoy con una camisa de pijama con rayas verticales  negras en conjunto con el gorrito.
- Pues el otro día viendo el telediario oi lo peligroso que sigue estando salir a la calle y no se porqué, no se triplican las medidas de seguridad. !Ahy!, si por mi fuera. Cambiaría  leyes y principios de actuación  - sospechaba de donde venían  esas grandes paranoias expectacuares.  Esperaba la posibilidad de hacerle unas peguntas indicativas, pues  jamás  me podrá  responder directamente pues no sabrá  de que hablamos, no será consciente de lo que le pasa.
- Bueno - le dije con educación- le dejo.
Se me quedó  mirando con cara pensativa y ausente por unos segundos, pero antes de que acabara de darme la vuelta, me preguntó.
- Y Usted, qué  siente, cómo  vive, por estar solo.
Tenía  una mirada sincera. Una sonrisa agradable. Una temática  vital . No tenía mal, sino placer en hablar con él.
- Si, yo vivo solo y libre. Viví unos años intensos, buenos y difíciles  con mi mujer y los dos chiquitos, los educamos correctamente, los dos tienen una vida feliz. Ana y yo, nos separamos. Nos llevamos bien, nos respetamos y cuidamos nuestra relación  en vistas a nuestros hijos. En estas circunstancias y recibiendo  a mis nietos, solo se vive estupendo.
Arturo, era más  joven que yo, le diría  unos cincuenta años.
Y contaba con 58  años, en plena forma. Mis hjos los tuve pronto.
El continuó
- Y si estás  bien ¿por qué tanta ansia en formas familias?, ¿en formar nucleos dependientes?, que ¿noo viviríamos  mejor y más  tanquilos sin esos nucleos conflictivos  y con otras estructuras de crianza  y educación? - me dio
- Por la moral Judeo-crisiana Europea, vecino.
- Ya, !ahyyy!, cuanto ha actuado y pesado. Desde la primera diáspora , ! la huida de palestica! - grito mientras lavantaba sus brazos actuando-  la influencia ha sido maxima - era inteligente, culto, y  loco de remate.
Ahora ya no vale - me decía , yo a  mi mismo- pero mira que me había planteado esa misma cuestión  cuando estaba conviviendo con Ana, mi mujer. No nos hemos divorciado legalmente, pero vivimos, muy placidamente, separados.
Comenzó a dar vueltas sobre si mismo a la par que comenzaba a introducirse en su casa, al ver que yo le miraba,  como siempre, él,  me dijo, también,  como siempre
- Es el efecto eléctrico  que actua cuando mi cuerpo es una bobina de producción  de emociones. Girar y girar.
Tenia unos problemas relacionales tremendos.
Pero era feliz, al menos en aquellos momentos durante los últimos  siete años que yo lo viera. Estaba más  o menos dicharachero, pero siempre amable, simpático , animado y excéntrico  con gajes de locura.
Cerró  la puerta y ya yiéndome buscando del  ascensor,  abrió  la puerta la señora Carmen, y como no, en mitad del pasillo, en mi camino al ascensor, se interpuso.

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