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¿Por qué los fines
invaden nuestro pensamiento y condicionan nuestra actuación?
El sentido, el
camino, la acción la vinculamos a un resultado futuro y no a el
hecho y el momento en si, para si y por si.
Vivimos en la
desesperación por encontrar un fin y motivo ultimo en la elección
de nuestros actos en función de estos motivos buscados y deseados.
El tremolar
constante del mundo que nos rodea compuesto con ordenes, actos,
hechos, agrupaciones, estructuras y leyes, toma la tangente y nos
atraviesa en nuestra esencialidad y nos lleva a la dictadura de los
resultados.
Evocar a la vida en
el propio hecho de su disfrute, es, así te lo tratan, como un hecho
poético o una añoranza filosófica.
El hablar sobre la
plenitud de la vida rara vez disfrutará de razonamientos o
intuiciones razonadas y se tratan como elementos místicos o como
expresiones y juegos de palabras que te llevan a elevar al sujeto a
la imposibilidad.
Quizás sea una
salida sólo para los preparados.
Gran parte de la
falta de conciencia individual, del disfrute propio, de la
satisfacción personal, es la construcción social, cuyo
comportamiento, tiene como base la exhibición y el proceso de
calificación de los demás.
Mis objetivos ya no
son siquiera los míos, sino que serán los que los demás, es decir,
tu grupo, mas o menos amplio circundante, así consideran que sea.
El camino de la
felicidad, sea ha convertido, en el logro de los fines que la
sociedad nos impone.
El minuto contigo de
satisfacción personal por tu realización personal, tal como seria,
tranquilidad, equilibrio mental, como control de tu persona a través
de la voluntad, como control de tus pasiones y así y otros elementos
propios tuyos que te produzcan felicidad en una máxima tranquilidad
contigo mismo, ni son valorados, ni son apreciados, ni son buscados,
nivel social. Ni un solo plan educativo nos habla de la formación
como personas. Cual tipo de propuestas en este sentido, vengan del
sitio que vengan, reciben criticas e impedimentos de los otros, sean
también quienes sean y válgales cualquier razón que se les ocurra
o supongan.
Ridículo y risas
produciría o seria considerado como elemento sectario si alguien
abogara con estos motivos como fines de la vida a nivel publico y
práctico.
El disfrutar del
momento actual y el lugar donde te encuentres de tranquilidad y
satisfacción personal, no tiene ningún tratamiento practico, a
nivel educativo y social para que así sea.
El pasado no va a
volver y no tenemos ninguna seguridad que ante las mismas
circunstancias los hechos futuros vayan a tener el mismo final. La
paz personal, es el único camino que no tiene dependencia directa y
necesario de los elementos materiales circundantes.
Disfrutar del
momento de plenitud de realización de las personas, tal y como la
observación, la charla, el estudio sin más fin ni motivo que el
disfrute en el momento, no se publicitará.
- Bueno, también
disfrutaste de ese momento aquella noche en el bingo durante aquellos
instantes en los que la bolita rodaba por los margenes de la ruleta –
dijo uno de los contertulios sonriendo.
- No, - levantó
quizás un poquito el tono uno de los conversadores- no me confundas
el momento único e insoluble de la realización humana con los
momentos puntuales de enajenación donde tu persona desaparece con
totalidad. Mas vale eso, jugar al bingo, aquella tarde del sábado,
que vigilar un garage, vale, pero, jugar al bingo, no es nada mas
que un ratito de trascurrir de un tiempo sin sentido.
Nos cuesta a todos
realizar actos sin una consecuencias practicas materiales, sea en
objetivos o objetos.
La compresión es la
toma de realidad por parte del objeto contemplado, y en nuestro caso
vivido.
- El tiempo apremia,
pasa rápido y hay que actuar.
- Sí, de acuerdo –
le dijo con una sonrisa su amigo, al otro lado de la barra del bar-
pero que no sean las prisas por conseguir algo que no es tuyo, que
nos impidan llevar nuestro camino.
!Qué fácil es
escribir¡, !qué sencillo resulta encontrar problemas y darle
soluciones tras las lineas razonadas¡ , pero !pardiez¡, cuantas
veces descubres este error en tus propios actos y desvelas al
solución al observar las consecuencias de no aplicarlas y la torpeza
de no hacerlo.
Salirte por la
tangente, moverte en otro mundo, no tener fin en la decisión.
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