miércoles, 26 de agosto de 2015
De la realidad que somos, es decir, el lenguaje.
El lenguaje es lo que somos.
Y no hablo del contenido de éste, ni sus referentes, de la lengua, ni la cultura, ni los significados.
Digo y hablo de la búsqueda de toda nuestra esencia y motivos explicativos y conectivos de la realidad a través del lenguaje.
Con la realidad que trabajamos es la que reflejamos en forma de nuestra capacidad de comunicarnos, pues para hacerlo, esta capacidad, debe de reflejar y actuar correctamente según unas formas y maneras que nos permiten actuar entre nosotros y con el mundo.
La descripción de los elementos lógicos y racionales formadores de la realidad, se ve, necesariamente reflejada en la propia esencia y forma del lenguaje, sino éste no valdría para dar explicaciones de funcionamiento de la materia circundante.
Nuestro pensamiento obtiene su corrección y forma, al aplicarse y hacerse fáctico en la realidad física y entonces con este contacto, proyección y coordinación se da en en lenguaje, y las normas formativas y esenciales de éste, serán las misma que la realidad.
Cualquier esencia como personas o concepción del mundo deben de pasar primero por un estudio lingüístico en el que encontraremos todas las razones y estructuras formativas.
En la comprensión lingüística está todo el saber, pues en él, encontramos toda nuestra realidad.
Si quieres explicar cualquier suceso, el paralelismo entre la explicación y el uso o acto, ha de ser total.
Un discurso irracional, no tiene sentido y la irracionalidad es la falta de posibilidad en la verdad de la expresion en su proyeccion real, es decir, lo que se construye como imposibilidad lógica , siempre dara como resultado una inexistencia física o psíquica .
Aquello que sea lingüísticamente describible como una posible existencia, ciertamente lo será. Y todo lo existente, puede ser nombrado.
Somos lo que sabemos y podemos expresar con el lenguaje.
El lenguaje marca nuestro nivel de conocimientos, pues no podremos nunca ir más alla de éste, en la operación de conocer.
Esta aparente simpleza es grandemente descriptiva.
Las normas de actuación y construcción de cualquier expresión lingüística, están por necesidad vinculadas al mundo circundante por ser su origen de creacion.
La forma operativa del lenguaje, es la misma que la del mundo que nos rodea.
Nuestra realidad es el lenguaje, pues mediante éste, conocemos todo lo demás.
Para conocernos, clasificarnos, estudiarnos, hay que hacer un estudio lingüístico transcendental, pues en éste está toda nuetra realidad.
Busquémonos en la descripcion lingüística que le damos al mundo y tendremos la verdad necesaria para nosotros pues en ella nos movemos.
El lenguaje cobra vida e identidad, convirtiéndose en un elemento propio, que utilizamos para insertarnos en la existencia.
No es un elemento instrumental que nuestra mente, con total dominio y control de la información, utiliza, si no es al revés, el lenguaje en su propia construcción refleja las verdades operacionales y esenciales del mundo que nosotros, como individuos utiizamos.
Estudiemos el lenguaje para entender, hagamos Filosofía Analítica.
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