jueves, 21 de enero de 2016
...de la edad de voto...
Es un tema difícil desde el momento en el que plantearlo supone ya una clasificación o sienten el desprecio, que no existe.
Retrógrado, corro el peligro de que me llamen si abogó porque la edad de votar fuera 25 años.
Tengo 45 años, y ya cumplo la suficiente edad como para ser objetivo estudiándome y juzgándome a la edad con la que empece a votar.
Iluso de mi.
Allí y entonces, mi vida era intensa, plena, vital, bonita, como la mayoría de los que me rodeaban, pero ya os aseguro, que mi capacidad para tomar decisiones sobre mi futuro eran bajas. Imagínense para un país.
No tenemos datos ni experiencia de funcionamiento para elegir.
Entonces, cuando cumplí la edad de voto, llevaba medio año en la Facultad y mis preocupaciones iban, en cualquier orden, entre el deporte, mujeres, libros lectura y juergas. Como elemento fundamental de juicio, estaba mi persona y no otros elementos fundacionales para votar con plenitud.
En la sociabilidad actual, el inicio de la socialización a nivel funcional, es más tardío. Cuando se establecieron los 18, se acababan antes los estudios, te casadas, tenías hijos y trabajabas.
Entiendo que se tarda más en tener capacidad de elección correctas.
A aquellos que se sientan ofendidos, les ruego me disculpen, pero ya les aseguró que los caminos que tengo a esta edad para votar, los consideró mejores que cuando tenía 18.
¡Rompeis este escrito aquellos que penséis en vuestra correcta capacidad de elección a los 18 años, y concluyamos, que yo era el joven raro que sólo buscaba fuertes emociones.
Votaba como responsabilidad adquirida, pero la discusión sobre el futuro del país, apenas habían durado, un cubata aquella noche.
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