Jamás, pero nunca jamás, habrá nadie que encuentre la máxima satisfacción, buscada, deseada y querida el mundo material y físico, donde nunca la carrera se para pues siempre habrá algo más que tener.
Los que apenas tenemos, nos gustaría claro, tener más. Pero, al menos, en esté gran impulso primero, me siento con la capacidad de entender el peligro del dinero y la satisfacción erótica de los objetos materiales.
¡pobre de ti si sólo sueñas con un gran coche!, ¡siempre habrá uno más y la completitud de tu persona, será coja.
La satisfacción, por definición, debe de ser un acto endógeno, que sea mi alma o mente, tras cumplir ciertas cuestiones humanas, propias, activas, repercusivas, creativas, cuyo único legado sea siempre la justicia intemporal del acto bien hecho.
La ambición material amarga el alma y mata al individuo como persona.
Habló desde la distancia con los ricos y, entonces, a ver hasta que punto esto me hace mentir cuando razonó sobre el más o el menos.
Pero ¡a quien le importa Alberto!
La felicidad es obligatoriamente estática, es decir, tiene que ser un momento sin movimiento en el cual, no te traigan malos recuerdos el pasado ni inquietudes por un futuro que no tienes.
Habrán hechos referentes a tu persona, comentarios, consideraciones, satisfacciones, conclusiones, totalmente intelectuales que te producirán bien estar sin estar enganchada a ningún objeto y como alegría allí te acompañarán.
Y éste otro, amigo de aquel, que compraba y tenía, y más bueno y caro.
Jamás encontró aquel coche que le diera la alegría, ni probó el plato que iluminó su olfato, ni pudo comprar ningún anillo que enamorara a aquella mujer que quería sólo soñar entre sonrisas.
No sé hasta que punto mis palabras están contaminadas por la normal cantidad de dinero que tengo, pero en ocasiones, pienso que si tuviera millones de Euros, mi Vespa, moriría sin lágrimas, y vendrían otras. Pero sé que tras un tiempo, hasta la mejor moto dejaría de seducirme cada vez que montarse en ella o en la super casa que me construiría y me imagino, entrando un día más de los mil, en los que las paredes ya no serían ningún placer ni satisfacción.
Ahora, donde nunca dejarás de sentirte bien, será cuando sea tu alma la que crezca pues ésta sí que tiene momentos de plenitud total y la insatisfacción material muere.
¡Sabed que nunca venderemos nada que no se podría haber vendido más y de otras maneras mejores!, insatisfacción y más y mas y más….
Y aquel que sepa y pueda escapar del engaño en el bucle de la falsa felicidad, buscando en su mente y corazón, aspirando tratar de encontrar la felicidad en la quietud de la tranquilidad y satisfacción de su persona.
¿y me cansaría de comprar, mas y mas objetos?
No lo sé, si puedo elegir, quiero estar allí para comprobarlo, pero algo me dice que no pues cogí de pequeño la enfermedad de la Filosofía y mi barco, hecho con libros atados al casco iba a navegar muy mal por aquellas aguas.
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