miércoles, 6 de enero de 2016

LA COMUNICACIÓN (Cap. 15)




Una pequeña bola, como estanque de oxígeno, trasparente envolvía todo el observatorio de Tenerife.
No había ni quedaba nada a su alrededor más que el color oscuro propio de una isla de formación volcánica.
Las plantas y, consecuentemente toda la vida, había desaparecido fuera de nuestras bellas, felices y bonitas cárceles.
Hongos y algo de vida marina, pues la perdida es mas lenta, quedaba, aunque el futuro de los dos, sería la desaparición.
El oxígeno en estado gaseoso ya no exista
Pero daba igual. Los alimentaban correctamente, recibían la educación perfectamente calculada respecto a los fines de inconsciencia, situabilidad familiar y social correcta y podía dedicar toda su vida a realizar sus propia actividades, cualesquiera, siempre lúdicas.
Ahora sí, dentro de lo margenes y cantidad que te dijeran.
Trascurridos 200 años, ya nadie, salvo Boris, conocía a primera mano y con certeza la verdad de como eran las cosas. De boca en boca la historia se malforma.
Eran nuevas generaciones nacidas cuando el mundo ya había sido cambiado de forma y ya no vivieron nada de la antigua fase. Si, la historia continuaba, de unos a otros, pero, ésta pierde realidad en la lejanía. Nada que leer, conocer o estudiar.
La vida el ser humano se estaba haciendo vacía de significado y motivo.
Querían controlar totalmente al ser humano, dominando completamente en su poder de decisión y cambio.
De generación en generación les habían robado su realidad e impuesto otra distinta.
Las circunstancias absolutamente banales, sólo hacia mantener al individuo en un estado infantil. Era lo que querían y habían conseguido.
- Marionetas y en la mentira nos convertimos - se decía mientras, en su soledad, paseaba por el observatorio.
Era un hombre muy sano y potente mentalmente y tenía un gran equilibrio mental y personal, lo cual le permitió, solo y con la pequeña comunicación con ellos, vivir 200 años allí, en la soledad, sólo rodeado de las Pc y las instrucciones, puntales y propia de ellos.
Los visitantes sabían como manejar todos los elementos que componen nuestro cuerpo, de ahí que podían evitar la dirección hacia el desorden de cada sistema, es decir, el envejecimiento en el nuestro. Los visitantes no querían que Boris desapareciera pues sabían lo que había aprendido y le necesitaban como enlace.
No tenía la dulzura del engaño, como el resto y sí la amargura de la realidad en su soledad.
La desaparición de toda la información del ser humano, almacenada y conseguida en muchos milenios, estaba siendo destruida por los visitantes. Querían borrar la esencia y las huellas del ser humano como tal.
Pero Boris intentaba que esto no sucediese y estaba guardando, en un modelo último e increíblemente potente, de almacenamiento de información independiente, en el cual le cabía toda la información que se pudiera encontrar en la tierra.
Huyendo de su vigilancia, cargaba cada semana alguna actividad y conocimiento, a través de los Pc conectados y permitidos para la trasferencia de mensajes e instrucciones, de los visitantes a los individuos a través de Boris.
Almacenaba con celo esta información. Su principal motivo de vida era obtenerla, clasificarla y esconderla. Allí estaba la continuación de la humanidad. La conciencia de ella, ya se había perdido. Eso ocurriría cuando fuéramos conscientes de lo que ocurre.
La cultura es esencial y formativa para ser personas.
Después de la última reunión ocurrida ya hace doscientos años, se tomó la decisión, por la mínima pero suficiente mayoría de echar a los Visitantes de la tierra a la fuerza.
Máximo y mayor error.
El potencial técnico y mecánico del ser humano, era prehistórico en la comparación con el suyo.
Nada más tomarse esta decisión, los nuevos misiles U45, salieron, en su totalidad hacia las traslúcidas, mortales y bonitas esferas.
Ni siquiera las explosiones se proyectaban al exterior. No sólo no provocaban daño alguno, sino que además, se almacenaban en la parte superior, como forma energética, dando la forma elíptica de una capa de color azul, y daban, según me dijeron, más potencia a sus artilugios.
Tras esto llego la destrucción total del 80% de las construcciones humanas y del 55% de la población.
La negativa significaba la muerte y tal y en el momento en el que Boris trasmitía la respuesta.
Era un sistema inimaginable nunca para el ser humano, de rayos láser con un tamaño de onda tan pequeño que traspasaban todo material hasta el lugar medido y elegido, donde tomaban su forma normal y capacidad destructiva.
Personas eliminadas sin aviso ni lugar y desaparición de grandes ciudades, New York o Pekín,en minutos de exposición al rayo.
La historia y la imposibilidad impuesta de conocer y avanzar, estaba haciendo desaparecer al ser humano con su forma constructiva propia. La alienación se estaba produciendo en su totalidad . El ser humano y toda su inconsciencia era ya, no más, que un rebaño.
Pero a Boris se le encendían los ojos por cada dato de información que les robaba a los visitante, tanto propios de las personas y humanidad, como aquellos que eran ejemplos técnicos de los visitantes. Boris sabía, que allí, en estos datos estaría la solución.
Soñaba con algún día, con salvar al mundo.
Ya no le quedan ningún conocido. En los últimos 25 años no había salido de allí. Sólo lo hacía para realizar alguna labor, de gestión o comunicación entre ambos.
La calma, en toda inmovilidad e inutilidad cotidiana, le tenía totalmente absorbido desde la resignación y tranquilidad.
Pero,en su corazón, pensaba que mientras le permitan vivir, no hará más que calibrar, calcular y planear métodos y planificaciones para tirarlos.

Estaba empezando a conocer, detalles realmente importantes.

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