Una
pequeña bola, como estanque de oxígeno, trasparente envolvía todo
el observatorio de Tenerife.
No
había ni quedaba nada a su alrededor más que el color oscuro propio
de una isla de formación volcánica.
Las
plantas y, consecuentemente toda la vida, había desaparecido fuera
de nuestras bellas, felices y bonitas cárceles.
Hongos
y algo de vida marina, pues la perdida es mas lenta, quedaba, aunque
el futuro de los dos, sería la desaparición.
El
oxígeno en estado gaseoso ya no exista
Pero
daba igual. Los alimentaban correctamente, recibían la educación
perfectamente calculada respecto a los fines de inconsciencia,
situabilidad familiar y social correcta y podía dedicar toda su vida
a realizar sus propia actividades, cualesquiera, siempre lúdicas.
Ahora
sí, dentro de lo margenes y cantidad que te dijeran.
Trascurridos
200 años, ya nadie, salvo Boris, conocía a primera mano y con
certeza la verdad de como eran las cosas. De boca en boca la historia
se malforma.
Eran
nuevas generaciones nacidas cuando el mundo ya había sido cambiado
de forma y ya no vivieron nada de la antigua fase. Si, la historia
continuaba, de unos a otros, pero, ésta pierde realidad en la
lejanía. Nada que leer, conocer o estudiar.
La
vida el ser humano se estaba haciendo vacía de significado y motivo.
Querían
controlar totalmente al ser humano, dominando completamente en su
poder de decisión y cambio.
De
generación en generación les habían robado su realidad e impuesto
otra distinta.
Las
circunstancias absolutamente banales, sólo hacia mantener al
individuo en un estado infantil. Era lo que querían y habían
conseguido.
-
Marionetas y en la mentira nos convertimos - se decía mientras, en
su soledad, paseaba por el observatorio.
Era
un hombre muy sano y potente mentalmente y tenía un gran equilibrio
mental y personal, lo cual le permitió, solo y con la pequeña
comunicación con ellos, vivir 200 años allí, en la soledad, sólo
rodeado de las Pc y las instrucciones, puntales y propia de ellos.
Los
visitantes sabían como manejar todos los elementos que componen
nuestro cuerpo, de ahí que podían evitar la dirección hacia el
desorden de cada sistema, es decir, el envejecimiento en el nuestro.
Los visitantes no querían que Boris desapareciera pues sabían lo
que había aprendido y le necesitaban como enlace.
No
tenía la dulzura del engaño, como el resto y sí la amargura de la
realidad en su soledad.
La
desaparición de toda la información del ser humano, almacenada y
conseguida en muchos milenios, estaba siendo destruida por los
visitantes. Querían borrar la esencia y las huellas del ser humano
como tal.
Pero
Boris intentaba que esto no sucediese y estaba guardando, en un
modelo último e increíblemente potente, de almacenamiento de
información independiente, en el cual le cabía toda la información
que se pudiera encontrar en la tierra.
Huyendo
de su vigilancia, cargaba cada semana alguna actividad y
conocimiento, a través de los Pc conectados y permitidos para la
trasferencia de mensajes e instrucciones, de los visitantes a los
individuos a través de Boris.
Almacenaba
con celo esta información. Su principal motivo de vida era
obtenerla, clasificarla y esconderla. Allí estaba la continuación
de la humanidad. La conciencia de ella, ya se había perdido. Eso
ocurriría cuando fuéramos conscientes de lo que ocurre.
La
cultura es esencial y formativa para ser personas.
Después
de la última reunión ocurrida ya hace doscientos años, se tomó la
decisión, por la mínima pero suficiente mayoría de echar a los
Visitantes de la tierra a la fuerza.
Máximo
y mayor error.
El
potencial técnico y mecánico del ser humano, era prehistórico en
la comparación con el suyo.
Nada
más tomarse esta decisión, los nuevos misiles U45, salieron, en su
totalidad hacia las traslúcidas, mortales y bonitas esferas.
Ni
siquiera las explosiones se proyectaban al exterior. No sólo no
provocaban daño alguno, sino que además, se almacenaban en la parte
superior, como forma energética, dando la forma elíptica de una
capa de color azul, y daban, según me dijeron, más potencia a sus
artilugios.
Tras
esto llego la destrucción total del 80% de las construcciones
humanas y del 55% de la población.
La
negativa significaba la muerte y tal y en el momento en el que Boris
trasmitía la respuesta.
Era
un sistema inimaginable nunca para el ser humano, de rayos láser con
un tamaño de onda tan pequeño que traspasaban todo material hasta
el lugar medido y elegido, donde tomaban su forma normal y capacidad
destructiva.
Personas
eliminadas sin aviso ni lugar y desaparición de grandes ciudades,
New York o Pekín,en minutos de exposición al rayo.
La
historia y la imposibilidad impuesta de conocer y avanzar, estaba
haciendo desaparecer al ser humano con su forma constructiva propia.
La alienación se estaba produciendo en su totalidad . El ser humano
y toda su inconsciencia era ya, no más, que un rebaño.
Pero
a Boris se le encendían los ojos por cada dato de información que
les robaba a los visitante, tanto propios de las personas y
humanidad, como aquellos que eran ejemplos técnicos de los
visitantes. Boris sabía, que allí, en estos datos estaría la
solución.
Soñaba
con algún día, con salvar al mundo.
Ya
no le quedan ningún conocido. En los últimos 25 años no había
salido de allí. Sólo lo hacía para realizar alguna labor, de
gestión o comunicación entre ambos.
La
calma, en toda inmovilidad e inutilidad cotidiana, le tenía
totalmente absorbido desde la resignación y tranquilidad.
Pero,en
su corazón, pensaba que mientras le permitan vivir, no hará más
que calibrar, calcular y planear métodos y planificaciones para
tirarlos.
Estaba
empezando a conocer, detalles realmente importantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario