Desde
que surgió la idea, habían pasado ya 50 años.
No
dejaba de impresionarse cada mañana que se miraba en el espejo y
veía que el tiempo se había parado, más que para él, para sus
células. No envejecía.
El
mundo ya había perdido toda noción de sus ancestros y esencia, de
sus pensamientos e historia. No eramos más que entidades
inconscientes y felices.
Eramos
el rebaño, feliz, del que se alimentaban, a través del CO2, los
visitantes.
Pero
sí que había una solución al problema.
Ya
que no nos podíamos enfrentar, o mejor, ya que Boris no se podía
enfrentar a los visitantes, se dio cuenta y concluyó, que la única
manera de conseguir que se fueran, sería provocar el desinterés
hacia nuestra especie.
Su
interés radicaba en nuestra capacidad de producir CO2, así pues,
sería esta cualidad, la que desapareciera y provocara la libertad
del ser humano.
¿Cómo
conseguir que la disolución del CO2, en el primer oxigeno formante
aun siendo en menor cantidad, en el propio ejercicio del respirar?.
Sin CO2, les eramos inútiles , pero aun consiguiendo esa acción,
habría que ponerla en marcha, lo cual era, más difícil todavía,
pues el contacto suyo, sin autorización, era prácticamente
imposible y después cómo hacer ver la realidad a aquellos que viven
atrapados en la felicidad de la inconsciencia.
Todos
los días, uno detrás del otro, se preguntaba y manejaba estos datos
e información.
Los
visitantes tenían una tecnología impresionante, tanto como el hecho
comparable a la que tenían, cuando vivían los Chimpancés,
comparada con los humanos, pero no eran Dioses, tenían sus defectos
y errores.
Boris
había comprobado algunos elementos desrítmicos producto de
irregularidad en la acción de hechos, y comprobó que en ciertas
posiciones y acciones, los visitantes no tenían acceso a las
acciones y operaciones de Boris.
Pasaba
muchas horas trabajando en el ordenador, ocultando sus intenciones y
engañando a los visitantes en las intenciones de aquellos actos.
Llevaba
25 años estudiando el asunto y ya había encontrado un elemento
primario metálico que disuelto en cierta proporción en la sangre,
evitaría la asociación con el carbono y el oxigeno, en menor
proporción sería lo emitido por las personas.
Pero
tenía que conseguirlo y probarlo. Sabía que el acto, que la acción
y resolución debían de ser rápidas, pues la continuidad del
elemento primario, el metal en la sangre producía la muerte.
Además,
hasta entonces, eran puras ilusiones y esperanzas pues, pensaba que
aun obteniendo la resolución de manera física hacia adelante,
habría que ver como entrar en contacto con los ciudadanos de la
ciudad y tratar, como mayor dificultad, de explicar la realidad a los
engañados ciudadanos de cada una de ellas.
-
“Boris” -.resonó por toda la sala. Los Visitantes le iban a
hablar.
-
Sí.
-
Debes de realizar una salida.
Sus
ojos se pusieron como platos, era pronto para hacer nada, pero y
primero hacia 25 años que no salia del observatorio y ahora, con
estas intenciones, podría investigar el mundo y la ciudad bajo este
plan y proyecto.
-
Queremos unos cambios comportamentales y deben de tener una nueva
información que manejarán los próximos cinco años, la cual serás
tú quien se la trasmitas.
Boris,
no acababa de entender por qué lo tenían allí y a él como
trasmisor de la información, pensaba que los visitantes no querían
poner alerta ni meditabundos a las personas con las visitas de seres
diferentes.
-
Irás a Valencia. A las 17'00, tendrás en el ordenador central las
ordenes y trabajos que harás. ¿Necesitas algo?
Era
la pregunta fundamental y la que Boris llevaba tanto tiempo huyendo
de ella, pues había una capacidad total, a partir de simulaciones
mentales, de tener y hacer todo lo que quisiera. Tan solo una
convicción interna que no acababa de comprender, le impedía
hacerlo.
-
No.
La
voz y la luces de comunicación desaparecieron.
Bajó
las escaleras, desde el telescopio hasta el comedor, sin pensar en
nada, tratando de hacer, como llevaba haciendo muchos años y que le
había librado de la locura, un acto de evacuación mental. Su
pensamiento desaparecía, su consciente huía de la rutina y era sólo
el subconsciente el que le llevaba a los sitios.
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