Y
disfrutaba discutiéndome cuanto había de cercanía o distancia
entre mi cuerpo y mi alma, cual de las dos era una entidad
existente, en qué sitio encontraría el campo de acción, donde está
la dificultad de solución y existencia de ambos, y entonces y en medio
de estos pensamientos, aquella música entró por la puerta de mi
cuarto e impactó directamente sobre lo que meditaba y elevó mis
cejas mientras abría los ojos.
Y
mis pensamientos cambiaron, forma, color y tono.
Llevaba
horas navegando entre la unión de mi cuerpo y mi alma, pensando la
posibilidad de la independencia de ésta y sus posibilidades de
desarrollo, cuando y en aquel momento, sentí como unas determinadas
longitudes de onda y unos ritmos de emisión, esto es , algo muy
físico, conseguían, elevar a mi alma al mundo de los sentimientos.
Trato
de llevar a un elemento de la dualidad al lado opuesto del otro. Sólo
así tiene sentido la existencia, la posible existencia de ellos. No
hay puesto ni paso intermedio.
La
toma de una u otra decisión, si lo piensas y lo trabajas, claro,
trae unas consecuencias tremendamente importantes.
Imaginar
y saber que la vida será una construcción propia e individual,
desarrollando aquello que será sólo y únicamente sólo tuyo, es
decir tu espíritu o pensar y saber que tu entidad es la consecuencia
de unas circunstancias temporales y puntuales que te definen,
describen y forman.
Son
dos principios con unos finales absolutamente opuestos.
Entonces
cuando estaba en el punto más álgido de la reflexión, cuando
estaba apunto de convencerme de la posibilidad de imponer tu espíritu
y mente a la realidad circundante por su diferente naturaleza,
apareció esa música y con una caída absolutamente suicidad, volví,
sin mi intención a la belleza de aquella inolvidable canción, pura
y dura, acción física provocadora de sentimientos..
Es
un tema que me inquieta, pero veo tan improductiva y difícil o
imposible de cualificar y justificar la interacción directa de las
dos dimensiones, es decir la existencia de un mundo material y
espiritual coexistentes que me pierdo en las dudas.
¿Cómo
las conexiones neuronales pueden hacerme sentir envidia?
¿Cómo
existe o que forma material puede tener la fuerza de voluntad?
Es
un problema, básicamente olvidadizo y que nadie reflexión.
Es
una temática no vista ni contemplada.
Sin
una visión religiosa, a nadie ya le importa saber cual será la
relación existente entre nuestros cuerpo y sentimientos, que no son
sensaciones.
El
frio, no es lo mismo que el odio, ni el calor que la envidia.
Entiendo,
pienso y calibro que es y sería un gran y largo tema de discusión
para evaluar, conocer y comprender al ser humano.
Pero
no, esta reflexión en más de un 90% de los sitios será
considerada, una extravagancia, locura o reflexión propia de los
tontos.
Entiendo
cómo se podría razonar sobre el asunto y aun no encontrando el fin,
el propio ejercicio de la reflexión en esta temática, nos acercaría
a su punto de solución, aun no llegando y el propio acto y acción
de la búsqueda de esta verdad, es es camino de realización para las
personas, aunque algunos les cuesta tanto ver y reconocer este
asunto.
La
música me llevo a creer lo que no era o me cogió y me saco de allí
donde no pintaba nada.
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